LA CASA DE LA
TORRE O PALACIO DE PEDRO I EL CRUEL: SUS MORADORES. (y III)
En las dos entregas anteriores hemos demostrado que el conjunto de bienes que había legado Don Juan Manuel a Elvira Blázquez (viuda de Pero González Dávila), en 1348, seguía agrupado y se transmitía por mayorazgo dentro de la rama principal de la familia Velázquez. Cuando María de Toledo, viuda del Ldo. Juan Velázquez, dicta su testamento en 1505, en lo que respecta a Ortún Velázquez solo tiene que expresar la fórmula “lo que le toca”. Como hijo mayor del matrimonio todos asumen lo que le corresponde: la Casa de la Torre, y el palacio y heredades en Viloria, pinares, tierras, prados y molinos. (1)
ORTÚN VELASCO O VELÁZQUEZ.
CABEZA DE LOS VELÁZQUEZ.
Primogénito, como se ha dicho,
del Ldo. Juan Velázquez y de Dña. María de Toledo. Natural de la villa de
Cuéllar. Heredero del mayorazgo de la Casa de la Torre, heredades y palacio de
Viloria, pinares y molinos. Sin embargo, prefirió salir de Cuéllar para hacer
carrera; fue otro favorecido de sus parientes de Arévalo (Gutierre y Juan
Velázquez) que le reclamaron para que optara a cargos de relevancia como
cliente familiar en la órbita de la corte de los Reyes Católicos.
El primer destino del que se
tiene noticia es el de alguacil de la ciudad de Soria, por el Ldo. Gutierre
Velázquez, su tío, corregidor de la misma, en el año 1493. Gutierre, como
mayordomo de la reina viuda Isabel de Portugal, se hizo con el corregimiento de
Soria, como oficial absentista. Es decir, delegaba las funciones en otras
personas que le representaban, miembros de su clientela, en las funciones de
gobernar e impartir justicia en Soria y su Tierra. Sorprende que, una vez
muerta la madre de Isabel la Católica, su hijo Juan Velázquez de Cuéllar
siguiera ostentando este cargo de corregidor de Soria, que en justicia ya no le
correspondía y lo fue incluso después de la muerte de Fernando el Católico. Sin
duda, Juan Velázquez se mantuvo como corregidor de Soria por merced que le
harían los Reyes Católicos, que le tenían en mucha estima. Por allí desfilarían
otros parientes de Cuéllar, pues también fue un oficial absentista como su
padre Gutierre Velázquez.
Después de otras funciones que
realizó como contino de los reyes, incluso en Andalucía, Ortún Velasco, dentro
de la órbita de su primo Juan Velázquez de Cuéllar, contador mayor, fue
nombrado teniente de contador de la reina Juana. Coincidió en este desempeño
con San Ignacio de Loyola, que también había recalado en Arévalo en casa de
Juan Velázquez de Cuéllar y María de Velasco, su mujer, con el mismo objetivo
de ser promocionado en la corte al amparo de esta influyente familia.
La caída en desgracia en 1517
de Juan Velázquez de Cuéllar por la oposición que hizo a la entrega de la villa
de Arévalo a Germana de Foix, supondría también dificultades en los progresos
de sus protegidos. Ignacio de Loyola volvió a su patria y el seguimiento de
Ortún Velasco se complica en la documentación. En el año 1531 figura el
contador Ortún Velasco como alcaide del castillo de Arévalo (se le libraron
100.000 maravedíes para obras en el mismo). Creemos que se trata del de
Cuéllar.
Los pleitos mantenidos por los
Velázquez, de la rama principal, en Viloria nos informan sobre los miembros de
la familia y de cómo los vecinos de ese pueblo habían ocupado parte de las
posesiones de la casa. Estas posesiones consistían en una casa situada en el
pago que llamaban Los Quiñones, que puede corresponderse con el nombrado
palacio de Viloria, una serie de prados (La Requijada) y otras tierras por las
que los Velázquez recibían una renta de veinte fanegas en pan partido (mitad
trigo y mitad cebada). El origen de los pleitos se remontan a principios del
siglo XVI, aún viva Dña. María de Toledo, y siguen durante bastantes años ya
que los vecinos de Viloria les ocupaban y les disputaban a estos Velázquez la
propiedad de esos bienes, habiendo roturado parte de los prados.
En el pleito de 1527 es Ortún
Velasco, contador de la reina, quien da poder a sus procuradores de Cuéllar
para que traten sobre los prados que le tienen ocupados, partidos y divididos, el concejo y hombres buenos de Viloria.
De nuevo nos encontramos para
la primera mitad del siglo XVI con alguna dificultad para establecer de manera
continuada la descendencia por la línea principal de los Velázquez. Contábamos
con bastantes piezas, pero quedan pendientes de hacerlas encajar.
Nos falta saber quién fue la mujer de Ortún Velasco I, hijo del
Licenciado Juan Velázquez de Cuéllar y de María de Toledo. La línea del
mayorazgo de la Casa de la Torre seguiría por Marina Velázquez I, hija de Ortún
I, que casó con Sancho de Salinas (consorte del mayorazgo), que se transmitía
también por línea femenina. Del matrimonio nacieron varios hijos y el primero
llamado a heredar fue Ortún Velasco II, nombrado como su abuelo, que casó con
Juana Rodríguez de Noreña. Este matrimonio no tuvo descendencia.
MARINA VELÁZQUEZ I, CONTINUADORA DE LA LÍNEA.
Deducimos que Marina Velázquez I fue hija de Ortún Velasco I porque en
1555 el marido de la primera, Sancho de Salinas ya viudo, actuó como curador de
los bienes de su hijo Ortún Velasco II y los defendió contra los vecinos de
Viloria (habían cambiado el cauce de un arroyo que perjudicaba a los molinos de
los Velázquez). Con Sancho de Salinas viudo, como consorte de la heredera de la
Casa de la Torre, Dña. Marina, los derechos del mayorazgo pasaron a su hijo
mayor, Ortún Velasco II, por ser la madre quien traspasaba esos derechos. Al
morir Ortún sin sucesión, el mayorazgo pasó a su hermano Luis Velázquez de
Salinas o, sencillamente, Luis de Salinas.
De esta manera, hacia mediados
del siglo, o poco después, quien figura como heredero principal de la Casa de
la Torre es dicho Luis Velázquez de Salinas, hijo de Sancho de Salinas y de
Dña. Marina Velázquez I. Aparece en 1555 solicitando permiso para pasar al
Perú, pero si estuvo en América, acabó pronto regresando a Cuéllar. (2) Casó con Dña. Manuela Velázquez, hija de D.
Francisco Velázquez de Gijón, quien fuera gobernador de Yucatán, y de Dña.
Luisa Soria, y de ese matrimonio nació su única hija y heredera de la Casa de
la Torre con los bienes asociados en Viloria. Nos referimos a Dña. Marina
Velázquez, nombrada como su abuela paterna, que quedó huérfana de padre y madre
siendo niña.
Se dio la circunstancia de que
Luis de Salinas nombró en su testamento heredera universal a su hija Marina,
pero le puso unos tutores, para que le administrasen sus bienes hasta la
mayoría de edad, diferentes a los que le instituyeron sus abuelos maternos, D.
Francisco Velázquez de Gijón y Dña. Luisa Soria; el primero había fallecido de
regreso de América en el año 1580. Esto dio lugar a un pleito más entre los
tutores propuestos por cada parte.
Marina Velázquez heredó también
algunas deudas de su padre y abuelo y como tal heredera tuvo que hacer frente a
las demandas. Es significativo que en estas reclamaciones se le quisiera
embargar la Casa de la Torre, como propietaria de ella. En concreto, en el
pleito que le puso Juan Bernardo Rodríguez de Noreña, sobrino de Dña. Juana
Rodríguez de Noreña, sobre 400 ducados que le reclama por debérselos su difunto
padre, Luis de Salinas. (3)
Para hacer frente a dichas
deudas, los ejecutores confiscaron en Segovia cuatro cajas de añil, tinte que
el abuelo de Marina Velázquez de Salinas, Francisco Velázquez de Gijón, había
hecho llegar a esta ciudad en su regreso como gobernador desde Yucatán. Y para
alcanzar la cuantía de la deuda también embargaron en Cuéllar unas
casas que llaman Casa de la Torre que son de la dicha Dña. Marina Velázquez.
En un viejo memorial del siglo
XVII, lleno de patrañas que algunos colegas dan crédito, hallamos una noticia
que tenemos por cierta. Dña. Marina Velázquez
II, la triste niña huérfana, descendía de Ortún Velázquez y era señora
del Palacio que llaman de la Torre, de
Viloria, Tierras, Pinares y Molino. Sigue diciendo que casó en Segovia con
D. Juan Gerónimo de Contreras, regidor de dicha ciudad, cuyo hijo fue D. Luis Jerónimo
de Contreras, caballero de Santiago, Vizconde de Laguna Contreras y Conde de
Cobatillas, Corregidor de Madrid, del Consejo Real de Hacienda, de capa y
espada, con sucesión.
Con esto se confirma nuestra
hipótesis inicial y mantenida para la rama principal de los Velázquez: fueron
por mayorazgo, desde que se instituyera en el año 1348, dueños de dicha casa en
Cuéllar y de los pinares, prados, molinos y palacio de Viloria. De este enlace,
como se ha dicho, nació D. Luis Jerónimo Velázquez de Contreras, en quien cayó
el mayorazgo de la rama principal de los
Velázquez, así lo expresa el propio Melchor Manuel de Rojas en sus Apuntaciones.
EL MÉTODO CONSTRUCTIVO.
En el desarrollo del presente
estudio (reconstrucción de la línea principal de los Velázquez) hemos aplicado
un método de trabajo que me gusta definir como constructivo. Lo aplico como
docente y consiste en partir de los datos conocidos para seguir complementando
con otros nuevos, construyendo,
eliminando, si procede, lo mal estructurado o erróneo. Nada tengo que decir
sobre el abundante número de documentos consultados (cuarenta para este caso).
No he conjeturado nada, o muy poco. Contra quienes me acusan de beber en otros
historiadores que me confunden, es tan obvio que sobra la justificación. Frente
al método de los historiadores de salón, sobre titulados o auto acreditados, que desmontan todo lo existente para conjeturar
sobre barrido. Los documentos en letra procesal y enrevesada que los trabajen
otros, o ni siquiera se plantean que existan porque ni los buscan, y por eso
tienen que conjeturar. Frente a la retórica totalitaria, pero vacía, y casi
siempre errónea en el contenido. Suerte que el lector es inteligente y no
sucumbe a cantos de sirena. (4)
Partimos de los elementos
conocidos: donación a Elvira Blázquez (1348) por parte del infante D. Juan
Manuel de las casas de San Esteban, palacio, prados, molinos, pinares en
Viloria. Luego era la poseedora Dña. Elvira de la casa en dicha parroquia
cuando en ella se celebraron las bodas de Pedro I con Juana de Castro.
Pergamino capital: es su carta de propiedad.
El segundo poseedor fue Blasco
Pérez Dávila, que fue procurador en Cortes por Cuéllar en el año 1390. Casó con
Juana Bermúdez, según las genealogías tradicionales.
El otro documento conocido es
el testamento de María de Toledo, viuda del Ldo. Juan Velázquez, en el año 1505.
Muy fiable pues es el Marqués de Mondéjar quien hizo su recensión sobre el
original y nos da cuenta de quiénes fueron sus hijos y herederos y de que era
parroquiana de San Esteban en Cuéllar, aunque viviera largos periodos en
Viloria, en la casa del mayorazgo.
Entre los dos documentos,
distanciados siglo y medio, aparece Melchor Manuel de Rojas y en sus Apuntaciones pone en entredicho las
genealogías del cronista Pellicer. Nos hace referencia al testamento del Dr.
Ortún Velasco (1436), tercer poseedor de la Casa de la Torre, que él usó y a
partir de dicho testamento, construye su árbol genealógico. Sobre todo en lo
referente a los que fueron sus hijos: el Ldo. Juan de Cuéllar, que sigue la
línea, Pedro de Cuéllar, Ruy Sánchez, Francisco Velázquez, Gutierre Velázquez,
Sancho Velázquez y Constanza.
El testamento del Dr. Ortún
Velázquez, usado por Rojas, ofrece garantías al ser cotejado hoy con otras
fuentes. Coincide con citas de la Colección
Documental de Cuéllar y con los datos aportados por el Marqués de Mondéjar
(siempre para nosotros historiador fiable) en su Genealogía de la familia Segovia. Las piezas se complementan y
encajan y vamos añadiendo ladrillos en el muro. Pero sobre todo, el testamento nos sirve para desambiguar a dos
personajes que llevaron el mismo nombre (Ortún Velázquez) y de los que se han
confundido sus biografías en una sola. Nos referimos al Dr. Ortún Velázquez, al
que corresponde el testamento, muerto en base a dicho documento hacia 1436, y
que fue corregidor de Sevilla y oidor de la audiencia del rey, entre otros
cargos, y su homónimo Ortún Velázquez, hijo de Alfonso Caballero, que fue
clérigo destacado de la curia castellana, Deán de Segovia y obispo de León,
muerto en 1460. Esto a pesar de la terquedad de anticuarios redactores de las entradas de la wikipedia, que se
autocitan retroalimentando sus errores; o de acreditados juristas, que insisten en la mentira evidente, porque
toman como fuente a un historiador reputado que lo afirma (!). Los que siguen
defendiendo que hubo un solo Ortún Velázquez. Ya he dicho en otro lugar que
esta es la otra historia perdida, la
que se cuenta mal por no tener la suficiente preparación, pero sobre todo por
la ausencia de espíritu crítico con las fuentes (cuando las usan) y la
bibliografía. Flaco favor nos hacen.
UN DOCUMENTO CLAVE
Por si fuera poco lo que
aclaran las referencias hechas por Rojas al testamento del Dr. Ortún Velázquez,
respecto a su descendencia y a los moradores de la Casa de la Torre, que no son
otros que ellos mismos, un nuevo documento, hallado en el camino, apuntala toda
la estructura, abriendo un vano en el muro por el que entra la luz iluminando
el edificio. Una ventana geminada, si quieren, como las de la fachada de la
casa que nos ocupa, con sus dos arcos con sus respectivas claves y dovelas.
Nos referimos al pleito entre
los hermanos Ortún Velasco, Francisco y Diego Velázquez, hijos del Ldo. Juan
Velázquez de Cuéllar, difunto, y de María de Toledo, contra el arzobispo de
Sevilla, Alonso de Fonseca II, señor de Coca y Alaejos, en el año 1494. En él
se desvanecen todas las dudas que se nos pudieran plantear sobre la línea
hereditaria que defendemos. Son los demandantes a su vez nietos del Dr. Ortún
Velázquez. Viene recogido en el pleito.
En este contencioso, y por
seguir un orden cronológico, se hace referencia a una donación hecha en el año
1428, al Dr. Ortún Velázquez de 10.000 maravedíes en las tercias de Coca, que
le pertenecían a Juan de Navarra, señor de Cuéllar, que es quien le da esa
merced. Todo en reconocimiento a los servicios prestados por el doctor a
Fernando de Antequera, padre de Juan de Navarra y a él mismo. Señal inequívoca
de que los Velázquez fueron partidarios y fieles servidores de estos nobles,
señores de Cuéllar, entrando en ocasiones en conflicto con el rey de Castilla.
Esta merced no debió ser
cumplida por los que se hicieron después con el señorío de Coca y es así que
Alonso de Fonseca I, arzobispo de Sevilla, en su testamento redactado en 1460
(se recuperó de su enfermedad y moriría trece años después) estableció la
siguiente cláusula:
Ítem, por seguridad de nuestra
conciencia, mandamos al dicho Fernando de Fonseca, nuestro hermano, informados
los testamentarios, que den e paguen al Licenciado Juan Velázquez de Cuéllar lo
que se fallase que nos le debemos y somos en cargo de los maravedíes situados
que el dicho Licenciado tenía del Rey de Navarra por las tercias de la dicha
nuestra villa de Coca.
Se desconoce que Alonso de Fonseca I hiciera otros testamentos
posteriores a este de 1460. Su hermano Fernando murió en la segunda Batalla de
Olmedo (1467) y el heredero pasó a ser su hijo Alfonso de Fonseca II. Este
testamento ha sido publicado y estudiado por historiadores de prestigio, pero
no nos consta que se hayan metido a analizar esta cláusula porque para ello hacía
falta saber qué Juan Velázquez sea el licenciado.
Sin duda, no el de Arévalo, porque nació precisamente ese año de 1460. Pero
para lo que nos importa al caso, para nosotros no representa ninguna duda y se
refiere al hijo del Dr. Ortún Velázquez, cabeza de la familia. (5)
Fallecido el Ldo. Juan Velázquez, el de Cuéllar, un poco antes de 1490,
su hijo Ortún Velasco, en nombre de sus hermanos, demandó al responsable de
pagarles los 10.000 maravedíes en las tercias de Coca: Alonso de Fonseca II,
que le había quitado a su tío la silla arzobispal de Sevilla. Llevaban veinte
años sin percibirlas. El arzobispo se defendió bien y argumentó que el que
había sido en su tiempo rey de Navarra y señor de Cuéllar, el infante D. Juan,
fue un desleal al rey de Castilla y que con su marcha, expulsado de estos
reinos, acabaron todos sus derechos sobre sus señoríos en el reino castellano.
Por lo tanto también la merced que en su día había otorgado al Dr. Ortún
Velázquez a quien reprocha haber sido un hombre leal al señor de la villa de
Cuéllar, y por extensión también desleal al rey de Castilla. Señala el prelado
que el propio padre de la parte contraria en el pleito, el Ldo. Juan Velázquez,
se enfrentó a su rey y señor natural, Juan II de Castilla, en las batallas de
Pampliega, en 1444, y Olmedo, al año
siguiente. Lo que supone una prueba más de que fuera el Ldo. Juan Velázquez el
Licenciado Cuéllar que citan las crónicas en dicha batalla de Olmedo y de que
los Velázquez fueron fieles a la causa del rey de Navarra, en el mejor de los
casos agentes dobles.
A pesar de tan contundentes argumentos, la Chancillería falló en contra
del arzobispo Alonso de Fonseca II, dando la razón a los Velázquez de Cuéllar.
Tal vez pesaría en los oidores que quien había otorgado esta merced en las
tercias de Coca, allá por 1428, no era otro que Juan de Navarra, el mismísimo
padre del rey reinante en el año de la sentencia, D. Fernando el Católico. Los
ganadores, conscientes de lo difícil que sería en el futuro mantener el cobro
de esta merced, traspasaron al poco tiempo al monasterio de La Armedilla el derecho a seguir percibiéndola.
Cerramos aquí el relato para los dueños de la Casa de la Torre en el
siglo XV: el Dr. Ortún Velázquez, tercer poseedor; su hijo el Ldo. Juan
Velázquez de Cuéllar, cuarto poseedor; Ortún Velasco o Velázquez, descendiente
de los anteriores, quinto poseedor. Y el lector vuelve a la cabeza de este
artículo que empezaba justamente con dicho Ortún Velasco, para sus poseedores
en el siglo XVI.
Detenemos aquí este método constructivo. Haremos en el futuro
ejercicios similares. Tenemos ya las piedras: algunas llevan nuestra marca de
cantero.
J. Ramón Criado Miguel.
NOTAS.
1.-
Nos excusamos de publicar la parte correspondiente a las biografías de Gutierre
Velázquez y de su hijo Juan Velázquez de Cuéllar, los de Arévalo, habida cuenta
de que aparecen recogidas en nuestro libro, recientemente publicado, “Cuéllar:
la historia perdida”. Allí se demuestra que ninguno de los dos fueron dueños de
la Casa de la Torre. Solo Gutierre vivió en ella como hijo que fue del Dr.
Ortún Velázquez, siendo niño y hasta su salida de Cuéllar.
2.-
Real Cédula del rey concediendo licencia de armas a Luís de Salinas para que
pase a Perú y Chile, las que sean necesarias para la defensa de su persona.
Valladolid, 3-10-1555. AGI LIMA,567,L.7,F.522R. De la misma
fecha: Real Cédula a los oficiales de la Casa de la Contratación para que den
licencia a Luis de Salinas, vecino de Cuéllar, para pasar a Perú y Chile
(extracto). AGI INDIFERENTE,1965,L.12,F.340V.
3.- ACHVA. Ejecutorias. Caja 1457,58. Año 1581.
Alonso Vélez de Guevara, tutor de Dña. Marina, defendió bien los derechos de la
niña y no se llegó a ejecutar el embargo.
4.- Dejo con este artículo zanjadas, por el momento, mis
diferencias con mis detractores respecto al palacio, mal
llamado para alguno, de Pedro I el Cruel. Está claro que a mí no me hablan los
pájaros (no he llegado a ese nivel) y que rastreo y cotejo documentos
originales. No me contamino por otros historiadores y, menos, no pretendo ser tóxico,
sino aclarar y construir. La identificación de dicho palacio con las casas en
San Esteban que el infante D. Juan Manuel legó a Elvira Blázquez es inequívoca.
Pero otros no quieren ni oírlo porque se desmontaría toda su hipótesis basada
exclusivamente en conjeturas y en ningún título de propiedad para Juana de
Castro. Mi método reconstruye la historia y no la reinventa. No se equivoquen y
piensen que su método arqueológico no nos es válido; nos es insuficiente cuando
no va acompañado de una base documental. Y la hay, como se ha demostrado, pero
es más cómodo ser historiador de salón y luego enrocarse en tu misma creencia
eludiendo el debate. No existen los hechos,
tan solo las interpretaciones, dices. Pero si desconocemos a los protagonistas
de esos hechos (o erramos en su identificación) difícilmente podremos
interpretar nada. Sobre los Velázquez, moradores en esa casa, te pongo sobre el
tapete qué Juanes sean estos, y tú
los sigues confundiendo en errores que no son lapsus. Son desconocimiento.
Porque no me lees. Yo a ti sí, para tratar de entenderte y para darme cuenta de
que si arremetes con vehemencia contra historiadores locales decanos ¿qué puedo
esperar yo que para ti soy un recién llegado? Yo me considero modesto, pero mi pluma ya no, cuando va cargada de
razones y se rebela para que la Historia no se eche a perder.
5.- Mire nuestra archivera no haya un
traslado del testamento de Alonso de Fonseca I en nuestro archivo de
Cuéllar: Archivo Ducal de Alburquerque. Nº 351, lego 4, n.o.1. Sevilla 5 de
noviembre de 1476.
Cuanto más lo leo, más seguro estoy de lo que dije. Solo algunos de fuera de la Villa se han dado cuenta y han valorado tener que reescribir la genealogía de los Velázquez.
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