LA LOCALIDAD PROCESIONA LAS TALLAS MÁS RECIENTES DE LA
IMAGENERÍA RELIGIOSA DE LA PROVINCIA.
Como el resto de las
poblaciones de la comarca, Sanchonuño desarrolla desde el Jueves Santo al
Domingo de Resurrección los actos religiosos de Semana Santa en los que se
mezclan tradición y un aire de renovación que enriquece las procesiones que
desde antiguo se han realizado en el pueblo.
Lo más destacado del Jueves
Santo es la recuperada procesión de la Carrera, cuyas raíces están en la
desaparecida cofradía de la Vera Cruz, que era la encargada de su desarrollo
recorriendo las cruces de un calvario, del que hoy solo se conserva una de
ellas, hasta la ermita del Humilladero. Procesionaban la cruz y el Santo Cristo
y durante el recorrido se cantaban los versos de la también conocida como la carrera que no son sino los “Catorce
romances de la pasión de Cristo”, cuya autoría corresponde al mismísimo Lope de
Vega. Antiguamente eran dos personas las que llevaban el rezo de estos romances
a los que respondían todos los asistentes con otra parte de los mismos.
En el mismo día se montaba el monumento, altar adornado en el que
se depositaba el santísimo sacramento después de la misa de la tarde de este
día y para la comunión del día siguiente.
La procesión por excelencia de
toda la Semana Santa es la del Silencio, que tiene lugar en la noche del
Viernes Santo. Antes procesionaban la Virgen de la Soledad (una imagen de
vestir) y el Niño, imagen que representaba a Cristo a falta de otra talla más a
propósito. Desde hace veinticinco años el lugar de la talla del Niño ha sido
sustituido por un Cristo yacente,
obra del artista Cruz Criado (Sanchonuño 1952), que pasa por ser la talla más
reciente de la imaginería religiosa de la semana santa en la provincia. Este
hecho no tuvo ningún tipo de trascendencia informativa en su día y por ello
queremos reseñarlo aquí. Fruto de la colaboración del escultor con su parroquia
natal, Sanchonuño cuenta con esta obra neobarroca de un gran naturalismo, que
muestra a Cristo recién desenclavado y con los símbolos de la pasión: los
clavos y la corona de espinas. Esta imagen ha dado un nuevo impulso a la
procesión del viernes y despertado devociones que han pasado por comitentes que
han patrocinado una urna para el Cristo, aunque el autor hizo la obra para ser
tocada.
La procesión del Silencio se
vio reforzada, al poco tiempo de la inclusión del Cristo yacente en la misma, por la participación musical de
instrumentos de viento y percusiones que acompañan a los pasos desde su salida
de la iglesia. Es de destacar, en determinados momentos de la procesión, la
inclusión de carracas y matracas que a modo de tronadera crean un ambiente difícil de describir. No faltan ningún
año las saetas con las que algunos vecinos se arrancan desde sus balcones, pero
esto es tradición porque siempre se cantaron en Sanchonuño y sirva como ejemplo
esta recuperada:
Virgen de la Soledad
Eres mi alivio y mi dolor,
Dame una de tus penas
Para que la sufra yo.
Terminada la procesión del
Silencio, ya en la iglesia, se predicaba el sermón de la Soledad y hoy en día
se siguen cantando Los siete dolores y
La salve de la Dolorosa.
Se cierran los actos de la
Semana Santa en Sanchonuño el domingo de Resurrección con la procesión del
Encuentro. En ella sale la primera talla que realizó Cruz Criado para la
parroquia: un Cristo resucitado que
procesiona desde el año 1993 en sustitución también del Niño. Este Cristo se
encuentra con su Madre (talla de la Virgen del Rosario del siglo XVI) en la
plaza, y se hacen los rodillines, tres
genuflexiones en el momento del encuentro.
J. Ramón Criado Miguel.
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