En la segunda mitad del siglo
XVI funcionó en Cuéllar un núcleo de artistas pertenecientes a la que los
historiadores del arte denominan escuela
cuellarana. A ella perteneció el escultor Pedro de Bolduque, que
proveniente de Medina de Rioseco trajo el nuevo estilo en el retablo y talla de
madera, cuyas obras en muchos casos fueron complementadas por las pinturas de
la familia Maldonado, que además colaboraban con él en la policromía de sus
retablos y esculturas.
De este grupo formaron parte
los hermanos Juan y Julián Maldonado que, procedentes de tierras de La Moraña
abulense, se asentaron en la villa hacia el año 1545 y realizaron diferentes
obras, principalmente retablos, para satisfacer la demanda comarcal en un siglo
significado por una clara bonanza demográfica y económica. La saga familiar de
los Maldonado se cierra con Gabriel de Cárdenas Maldonado que falleció a
principios del siglo XVII. En Cuéllar y
su Tierra se han conservado varias obras de estos pintores, pero otras tantas
fueron retiradas o vendidas al irrumpir con fuerza el barroco, sobre todo
durante el siglo XVIII, en otro momento de apogeo artístico en la comarca.
Insuficientes, sin embargo, para haber despertado un mayor interés por esta
familia que desplegó una intensa actividad artística y una preocupación y
progreso en su formación de acuerdo al avance de los gustos estéticos. (1)
Dibujo de Julián Maldonado para el retablo de la Virgen del
Rosario de Frades (despoblado en la colación de Samboal).
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Las noticias sobre estos dos
artistas han ido apareciendo gracias a la labor del profesor Fernando Collar de
Cáceres, que llevó a cabo una amplia labor de archivo y de campo publicando el
trabajo que los Maldonado habían realizado en el antiguo obispado de Segovia. (2) Los había denominado provisionalmente como
Maestro de 1566 y Maestro del retablo de San Pedro hasta que los documentó como
tales Juan y Julián Maldonado, establecidos como vecinos de la villa al menos,
según él, desde mediados de los años sesenta del siglo XVI. Ambos vivían en 1575,
año en el que se terminó el retablo de la iglesia de San Pedro de Cuéllar. No
le consta a este autor que los hermanos Maldonado colaboraran entre ellos en
ningún momento, salvo en los trabajos realizados para el recibimiento de Isabel
de Valois en Valladolid, que dejaron sin terminar.
Las noticias de Juan, autor de
los desaparecidos retablos mayores de Gomezserracín y Pesquera (despoblado
cerca de Chañe) se pierden en 1579. Julián cuenta en su haber con los también
desaparecidos retablos de San Cristóbal de Bahabón, Frades y Caños (despoblados
estos dos últimos también en la Tierra de Cuéllar) y comenzó varias pinturas en
Fuentepelayo, acabadas por su hijo, Gabriel de Cárdenas Maldonado, quien siguió
al frente del taller en 1587.
La oracion en el Huerto. Julián Maldonado? 1575. Convento de
la Concepción. Cuéllar. Procede de la parroquia de San Pedro.
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Los especialistas en Historia
del Arte encuadran el estilo de los hermanos Maldonado dentro del manierismo
más clásico, pues su pintura recuerda mucho a la forma de trabajar de Alonso
Berruguete en Valladolid. Sus figuras estilizadas en los personajes, con un
movimiento forzado que contribuye a la dramatización de los pasajes
representados en sus cuadros. Collar de Cáceres señala la querencia, al menos
en Julián, hacia la ambientación nocturna y extravagantes licencias espaciales que fuera de todo criterio estilístico, dejan ver
una absoluta impericia en lo que toca a la perspectiva. Tal vez este
insuficiente dominio de la perspectiva en sus obras, común a los dos hermanos,
sea el talón de Aquiles de estos
pintores y la causa de su abandono de las obras que les encargaron en Valladolid
para el recibimiento de la mujer de Felipe II.
Se inspiran para sus
composiciones en varios artistas cuya obra se difundía a través del grabado y
la estampa (Rafael, Miguel Ángel, los Bassano…), principalmente los grabados de
Durero. Solventan de esta manera la falta de creatividad y originalidad dentro
de la elaboración temática que la crítica les ha señalado. (3)
ARQUITECTURA EFÍMERA: LA
PUERTA DEL CAMPO.
A Julián y Juan Maldonado se
los ha documentado participando como pintores en la realización de la
arquitectura efímera que se prepara en Valladolid en el año 1565 para recibir a
la reina, Isabel de Valois, en dicha ciudad. Trabajaron en la obra del Arco:
Juan de la Moneda… paguéis a Julián Maldonado e Juan Maldonado, vecinos
de Cuéllar, diez ducados en cuenta de los maravedís que an de aver de lo que an
de hazer para el arco de la Puerta del Campo. 20 Marzo 1565. Conozco yo Julián
Maldonado y Juan Maldonado que recebimos del Sr. Juan de la Moneda diez ducados
… para en quenta de la parte que tenemos que pintar en lo del arco de la puerta
del Campo. Juan Maldonado – Julián
Maldonado.
La arquitectura efímera estaba
constituida por obras decorativas y de carácter circunstancial como todas las
que se ejecutan para festejos populares. Hay constancia de las figuras y
cuadros que debían ser representados a cada lado del Arco del Campo en una
paleta de colores que pasaba por el blanco y negro, dorado y bronce. Se le
comunicó a Juan de Juni y a Palencia, pintores, si querían bajar a menos de los 160 ducados,
pero reusaron la oferta diciendo que no
podían porque ellos tenían otras cosas en que entender. Si bien parece que
Juni dirigió la construcción del arco como maestro de obra, estuvieron a su
cargo las obras de arquitectura y escultura, no habiendo aceptado la parte
correspondiente a pintura. (4)
Hacia el mismo tiempo, parece
que el Ayuntamiento de Valladolid ajustaba con los pintores de Cuéllar, Juan y
Julián Maldonado, otras obras parciales en los corredores o galerías que
estaban a los lados del arco, (tasada en 15.000 maravedís) cuyo trabajo
traspasaron luego a Benito Rubiate, (Benedetto Rabuyate, Florencia 1527,
Valladolid, 1592) de lo cual dan razón algunos testimonios:
… porque ellos eran forasteros e tenían necesidad de ir a sus casas, se
concertaron con Benedito Rabuyate de hacerlo en sus nombres…
Arquitectura efímera: dibujo de
la Puerta del Campo de Valladolid para cuya decoración pictórica fueron
contratados los hermanos Maldonado. 1565. (Archivos Españoles)
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Detrás de esta renuncia de los
Maldonado parece que hay también un descontento con el trabajo que realizan los
pintores de Cuéllar. Los regidores vallisoletanos responsables de las pinturas
encargan a Rubiate que incrementase las figuras de los Maldonado en media vara:
que ansí se hubo de hacer todo de nuevo. Sin
duda, la decoración de estas estructuras efímeras suponía el control de cierta
técnica pictórica para conseguir una realidad alternativa, virtual, a través de
la ilusión y la ficción. Se recurría al escorzo y a la perspectiva ilusionista
para conseguir engañar los sentidos del espectador que se subvertían a este
engaño o artificio.
Un testigo, criado de Rubiate,
manifiesta en el pleito que “los
Maldonado no sabían hacer la pintura como lo abían de hacer (y) lo traspasaron
al dicho Benedito Rubiate…”
La noticia está extraída del pleito
que los pintores participantes en la decoración del arco sostuvieron contra el
concejo de Valladolid para que les pagara el exceso de trabajo realizado en
dicho arco, en el que habían sido alcanzados en dinero. Una de las razones
aludidas es, como se ve, la espantada que hicieron los pintores de Cuéllar
desbordados por la obra a realizar.
CONCLUSIONES:
En el presente artículo hemos incidido en la intervención conjunta, y su fracaso, de los dos hermanos Maldonado en la arquitectura efímera realizada en Valladolid, en el año 1565, para recibir a la reina Isabel de Valois, mujer de Felipe II. Además, hemos dado a conocer el pleito que sostuvo Juan Maldonado con el Regimiento e hijosdalgo de la villa de Cuéllar para que le reconocieran a él su propia hidalguía. Este documento nos aporta noticias fidedignas de sus orígenes abulenses (Horcajo de las Torres, 1515) así como que fue su padre, Juan Maldonado el Viejo (c. 1490-c. 1537), el primer pintor de la saga familiar y cuya obra habría que rastrear en los pueblos de la zona del noroeste de Ávila y los colindantes de Salamanca. También nos permite adelantar su presencia y establecimiento en Cuéllar al año 1545. Por último, Gabriel Cárdenas Maldonado, el mejor pintor de la saga, tomó su primer apellido de su bisabuelo Rodrigo de Cárdenas.
José Ramón Criado.
NOTAS:
EL PLEITO DE HIDALGUÍA DE JUAN
MALDONADO.
En el pleito por su hidalguía
que inició el pintor Juan Maldonado en el año 1547 contra el Regimiento de
Cuéllar subyace un conflicto de carácter social. Los caballeros hijosdalgo de
la villa constituían un grupo cerrado y organizado que velaba por la defensa de
sus intereses. Organizados mediante la Casa de los Linajes defendían sus
privilegios que pasaban por el control y monopolio de los resortes del poder político y económico
de los bienes comunales de Villa y Tierra.
Para fundamentar su
preeminencia recurrían a argumentar que sus derechos se basaban en privilegios otorgados
por los reyes desde tiempo inmemorial. Tenían un protocolo para acceder a los
cargos de gobierno: el hijodalgo se inscribía con catorce años en uno de los
ocho linajes de la villa y cuando uno de los cargos que le correspondía a ese
linaje (regidor, escribano..) quedaba
vacante, se tiraba de lista de los inscritos en ese linaje para dilucidar a
quién le correspondía el cargo. No faltarían, a pesar de todo, discrepancias y
pleitos.
Sin embargo, más complicado lo
tenía un hidalgo que estableciera su vecindad en Cuéllar, caso del pintor Juan
Maldonado, pues los de Cuéllar le atribuían ser un hidalgo por el cuerno. (5) De entrada, por no haber nacido en la villa,
no estaba registrado en el libro de los linajes. Por sistema, el Regimiento
ponía en cuarentena y dudaba de la hidalguía de los recién avecindados que se
tenían que preocupar de demostrarla. Para eso estaba la sala de hijosdalgo de
la Real Chancillería de Valladolid.
Puesta en duda la hidalguía de Juan Maldonado, será a ese organismo al
que recurrirá para demostrar que es hidalgo, tal vez no tanto porque aspire a
ocupar cargos de gobierno sino porque le habían inscrito en el padrón de los
pecheros y por tanto con obligación de pagar impuestos. (6)
En 1547, sin duda después de
algún tiempo como vecino en Cuéllar, inicia su pleito en Valladolid para
conseguir su propósito. Reclutará testigos en los dos pueblos en que los puede
hallarlos a su favor: Horcajo de las Torres, provincia de Ávila, y en Paradinas
de San Juan, Salamanca. El primero lugar, el segundo villa. Distintas
provincias pero localidades casi limítrofes y con mucha relación entre ellas,
en lo que fue frontera entre los reinos de León y Castilla.
Portada de la ejecutoria de
hidalguía, en pergamino con orla y escudo heráldico, de Juan Maldonado, pintor,
vecino de Cuéllar. 1555. (Archivos Españoles)
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Las raíces de los Maldonado
parecen estar en la localidad salmantina de Paradinas de San Juan. Los testigos
de esta villa dieron cuenta en el pleito de que tanto el bisabuelo de Juan Maldonado,
Rodrigo Maldonado, como su abuelo, Rodrigo de Cárdenas, habían sido tenidos por
hijosdalgo en Paradinas. Habiendo sido ambos alcaldes por este estamento, el
abuelo en tiempos del comendador Juan de Villaseca, de la Orden de San Juan, a
la que pertenecía la villa, por los años de 1490. Un testigo de Horcajo sitúa a
Rodrigo de Cárdenas, casado en segundas nupcias, establecido un tiempo en el
lugar de Grajos (hoy San Juan de Olmos), tierra de Ávila, donde se habría
dedicado a la compra venta de madera. Informan también de que el padre, Juan
Maldonado el Viejo, había salido de Paradinas mozo para aprender el oficio de
pintor (aunque no dicen dónde, si en Valladolid o en Ávila, con más
probabilidad en la primera). Con este dato, sería el padre de Juan y Julián
Maldonado el primer pintor de la saga familiar.
Los testigos de Horcajo de las
Torres dan fe de que Juan Maldonado el Viejo, de regreso de su aprendizaje, se
había establecido, tal vez primero por trabajo y después por su matrimonio con
Catalina Gutiérrez en dicho lugar y no en Paradinas. Ambos eran los padres de
Juan y Julián Maldonado, entre otros. Juan Maldonado el Mozo nació en Horcajo
de las Torres hacia el año 1515, siendo el mayor de los varones, como
testifican los testigos de este lugar: había
nacido en el dicho lugar de Horcajo, el cual vivía al presente en la villa de
Cuéllar y tenía ansímismo oficio de pintor como lo tuvo Juan Maldonado, su padre.
(7)
Vivió Juan Maldonado en
Horcajo de las Torres donde aprendería el oficio de pintor, al menos en el
taller paterno. Casó en Santa María de Nieva, según los testigos, hacia 1540.
Trajo a su mujer a su pueblo abulense y al cabo de dos o tres años se fueron a
vivir a la villa de Cuéllar porque tomó
allí ciertas obras de retablos porque era pintor. De esta manera queda datada
la llegada de los Maldonado, al menos de Juan, a la villa de Cuéllar a mediados
de los años cuarenta del siglo XVI. El encargo de obras posteriores, por la
demanda que había en la comarca, determinó que se avecindaran los Maldonado en
la villa segoviana.
Juan Maldonado probó bien y cumplidamente su petición y demanda
de hidalguía ante el organismo competente, en rebeldía del Concejo, alcalde
y regidores de Cuéllar, que no se presentaron en este pleito. Solo se le opuso
el fiscal, motivo por el que el pleito se prolongó desde 1547 hasta la
sentencia definitiva de 1555. En este último año se le comunica al Regimiento
cuellarano que guardaran a Juan Maldonado todas
las honras y franquezas e libertades e exenciones que a los otros hombres
hijosdalgo se les guardan y que devuelvan todas las prendas que le hubieran
tomado.
Del proceso del pleito,
podemos deducir que Juan Maldonado no escatimó esfuerzos ni medios económicos
para probar su hidalguía. La pasividad del Regimiento cuellarano en el caso
puede explicarse porque tenía otros frentes judiciales abiertos con casi la
totalidad de los lugares de la Tierra. Los pueblos se habían rebelado contra la
aplicación de las nuevas Ordenanzas de 1546.
Detalle del escudo heráldico de la portada de la ejecutoria
de hidalguía de Juan Maldonado. (Archivos Españoles)
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Así ganó Juan Maldonado la
carta ejecutoria de su hidalguía contra el Regimiento de Cuéllar, que le había
puesto en el padrón de pecheros para que pagara como tal (Valladolid, 8 de
abril de 1555). Se permitió el lujo de que se la escribieran en pergamino y ha
sido apartada a la sección de pergaminos de dicho Archivo de la Chancillería de
Valladolid como documento excepcional. Tiene una orla y el siguiente escudo de
armas: Cuartelado. 1º, en gules, cinco lises de oro, puestos en sotuer; bordura
azul; 2º, en plata, seis candados? de azur, puestos de dos en dos; 3º, en oro, dos
lobos, pasantes de azur, y 4º, en verde, un águila esplayada; bordura de gules.
De este escudo nada dicen los testigos en el pleito, ni de que luciera en
ninguna casa de Horcajo de las Torres ni de Paradinas de San Juan. Ignoramos si
Juan Maldonado se lo sacó de la manga. Lo cierto es que muchos de los elementos
de su escudo son los mismos de los escudos de los regidores cuellaranos y, sean
o no candados los elementos que aparecen en el segundo cuartel, consiguió con
ello acallar las reclamaciones del Regimiento de la villa. (8)
***
Para terminar, la suerte de
las obras de los hermanos Juan y Julián Maldonado estuvo ligada a que habían
sido realizadas, muchas de ellas, para pequeñas aldeas que luego se despoblaron
y corrieron la suerte de esos pueblos, se perdieron. Otras estuvieron
expuestas, durante la pujanza del barroco, al criterio subjetivo del párroco de
turno que las desmontó para sustituir el retablo manierista de pincel por otro
barroco y abigarrado al gusto de la época del siglo XVIII. Esto último parece
que ocurrió en el pueblo de Gomezserracín con el retablo mayor de Juan
Maldonado. En Sanchonuño el cura D. Manuel Marugán, por razones económicas o
por considerar que el conjunto del retablo del siglo XVI era meritorio de ser
conservado, lo salvó. Eso sí, envolviéndolo en un gran cascarón rococó que le
encargó al tallista de Peñafiel Felipe Durán en el año de 1770 que, sin
desdecir lo uno con lo otro, puede confundir a quien lo contemple. Las pinturas
del retablo de Sanchonuño han sido tenidas en muy poca estima por Collar de
Cáceres, que las considera manieristas pero arcaizantes, obra de mano de un
pintor de segunda fila. Las estudió cuando aún no habían sido rescatadas a todo
su esplendor después de limpias. Hoy en día se aprecian con mayor claridad y se
pueden observar en sus tablas las características estilísticas señaladas para
los Maldonado en su primer ciclo cuellarano. Teniendo en cuenta que, en lo
artístico, Sanchonuño siempre estuvo pendiente de lo que se hacía en
Gomezserracín, proponemos también como autor de su retablo a Juan Maldonado.
Retablo mayor. Sanchonuño (Segovia).
Escenas de la vida de Santo Tomás Apóstol.
Santo Tomás hace caer al ídolo. Circa 1550. Juan Maldonado?
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En el presente artículo hemos incidido en la intervención conjunta, y su fracaso, de los dos hermanos Maldonado en la arquitectura efímera realizada en Valladolid, en el año 1565, para recibir a la reina Isabel de Valois, mujer de Felipe II. Además, hemos dado a conocer el pleito que sostuvo Juan Maldonado con el Regimiento e hijosdalgo de la villa de Cuéllar para que le reconocieran a él su propia hidalguía. Este documento nos aporta noticias fidedignas de sus orígenes abulenses (Horcajo de las Torres, 1515) así como que fue su padre, Juan Maldonado el Viejo (c. 1490-c. 1537), el primer pintor de la saga familiar y cuya obra habría que rastrear en los pueblos de la zona del noroeste de Ávila y los colindantes de Salamanca. También nos permite adelantar su presencia y establecimiento en Cuéllar al año 1545. Por último, Gabriel Cárdenas Maldonado, el mejor pintor de la saga, tomó su primer apellido de su bisabuelo Rodrigo de Cárdenas.
José Ramón Criado.
NOTAS:
1.-
A pesar de la reciente publicación en estas páginas de un trabajo de Miguel
Herguedas Vega sobre estos pintores (Los
pintores Maldonado en Cuéllar. Revista LA VILLA. Nº 52. Abril 2014),
creemos necesario dar a conocer los datos que aportamos en nuestro artículo.
Principalmente lo relativo al lugar de procedencia de esta familia de artistas
avecindados en Cuéllar desde mediados del siglo XVI. Eran de Horcajo de las
Torres (Ávila) y no procedentes de la zona palentina de donde, por afinidad
estilística con otros pintores, se ha venido afirmando que eran. Aprovechamos
el trabajo de Miguel Herguedas para poner en antecedentes al lector de lo
fundamental respecto a lo recogido sobre Juan y Julián Maldonado.
Véase
también: Alfonso Montero, Un dibujo de Julián Maldonado». Revista LA VILLA Nº 27. Págs.
29-30.
2.-
Fernando Collar de Cáceres. Pintura en la
antigua diócesis de Segovia (1500-1631) Segovia 1989.
3.-
Collar de Cáceres. Las Edades del Hombre.
El árbol de la vida. Segovia 2003. Ficha sobre la tabla El lavatoria. Julián Maldonado
(1575). Pág. 116.
4.-
La noticia de la participación de Juan y Julián Maldonado en esta empresa la
dio a conocer José Martí y Monsó: Estudios histórico-artísticos: relativos
principalmente a Valladolid, basados en la investigación de diversos archivos.
Miñón. Valladolid. Circa 1900.
Pleito de
Benedetto Rabuyate, Antonio de Ávila y Mateo de Espinosa, pintores, vecinos de
Valladolid, contra el concejo de esa villa, para que les pague el exceso de
trabajo que hicieron en el arco de triunfo efímero que se les encargó para
decorar la entrada en Valladolid de la reina Isabel de Valois. Real
Chancillería de Valladolid. PL CIVILES,FERNANDO ALONSO(F),CAJA,1436,3.
5.- Hidalgo por el
cuerno era un término de chanza y burla que los vecinos de Segovia utilizaban
contra los vecinos pecheros de Zamarramala. Estos vecinos se encargaban de la
vigilancia del alcázar mediante rondas nocturnas y por ello estaban exentos de
pagar impuestos. La alusión por el cuerno
venía dada porque durante la vigilancia sonaban una bocina o cuerno para
avisarse entre ellos. Al no pagar el servicio, se asimilaban a los hidalgos sin
serlo por sangre. Esta acepción está recogida por Covarrubias en su Tesoro.
6.-Ejecutoria del
pleito litigado por Juan Maldonado, vecino de Cuéllar (Segovia), con Alderete,
procurador fiscal, y el concejo, justicia y regimiento de Cuéllar (Segovia),
sobre su hidalguía (1555). Real Chancillería de Valladolid. REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 832,5.
7.-Horcajo de las
Torres, pueblo natal de los hermanos Maldonado, era de los más poblados de la
Tierra de Arévalo con 227 vecinos pecheros, lo que le haría estar próximo al
millar de habitantes, según la Averiguación
de la Corona de Castilla (1525-1540). En él se construyó un importante
palacio renacentista que pudo ser el foco de trabajo para Juan Maldonado el
Viejo. Carlos V segregó este pueblo de Arévalo para compensar los servicios del
Inquisidor General Fernando de Valdés, que extirpó el brote luterano en
Sevilla. En la misma averiguación de vecinos, la villa de Cuéllar contaba
con 380 vecinos pecheros.
8.-Alfredo
Basanta de la Riva: Quinientos documentos
presentados como pruebas en la Sala de los Hijosdalgo de la Real Chancillería
de Valladolid. (Genealogía y Nobleza)
Buenos días, me gustaría saber si el retablo del siglo XVII dedicado a San Pedro que se encuentra hoy en día en el Convento de la Purísima Concepción corresponde íntegramente a Julian Maldonado. Lo cierto es que, dicho retablo, guarda amplias similitudes con el Retablo Mayor de la Iglesia Parroquial de los Santos Justo y Pastor, de la vecina Torrescárcela, de ahí la curiosidad por tratar de saber la autoría del retablo, ya que del de Torrescárcela no se conoce autor, estando fechado de 1569, y al ver las similitudes entre ambos retablos me ha despertado la curiosidad. Gracias.
ResponderEliminarEstimado amigo/a anónimo. Me disculpo por la tardanza en esta respuesta. Quería decirte que he aprovechado tu observación para incluirla en mi último trabajo sobre la Escuela Cuellarana de escultura y pintura que aparecerá en la revista LA VILLA de Cuéllar, en su nº 64, abril de 2018. En un pie de foto para el retablo de Torrescárcela digo:
EliminarEscuela cuellarana: Retablo de Torrescárcela, fechado en 1569. Se aprecia una gran coincidencia de estilo con las pinturas del retablo de la Virgen de la iglesia cuellarana de San Esteban, realizadas en 1546. Pinturas de Juan Maldonado (?).
Te agradezco tu comentario y la información aportada.
Recibe un cordial saludo.