Rompimientos de sepulturas.
Los enterramientos, hasta bien
entrado el siglo XIX, se efectuaban dentro de la iglesia parroquial, como norma
general, si bien en años de mortalidad alta, por epidemias, o por no haber
espacio suficiente en el interior de la iglesia, se hacían en terrenos
adyacentes que se denominaban “sagrado de la iglesia”. Estos enterramientos se
denominaban rompimientos ya que para realizarlos, al fallecer una
persona, era necesario romper o levantar las losas del pavimento para abrir las
sepulturas. En Sanchonuño este pavimento era de pizarras y estaba peor
preparado para la realización de los entierros que el de Arroyo, por ejemplo.
Todas las sepulturas eran de la Iglesia aunque se estableció la costumbre de
enterrar en las sepulturas de otros familiares muertos anteriormente, padres,
esposos, etc, costumbre que llegó a hacer pensar a determinadas familias en la
propiedad de la sepultura o que se hablara de “mi pizarra” para referirse al
lugar donde estaban enterrados los difuntos de cada uno.
Los precios de los rompimientos
estaban en función, no del lugar donde se enterraba, como ocurría en otros
lugares, sino en la edad del difunto. La clasificación y precio del rompimiento
era:
Cuerpos menores – hasta 3 años 2 Rs.
Cuerpos medianos –entre 3 y 8
años 4,5Rs.
Cuerpos mayores -más de 8 años 6,5Rs.
Estas cantidades varían
dependiendo del siglo en el que se consideren.
Sí parece deducirse que, aunque se
cobraba por el cuerpo del fallecido y no por el lugar, tenía importancia la
ubicación de la tumba en el recinto de la iglesia ya que hay partidas de
difuntos que sitúan los enterramientos de pobres de solemnidad alejados del
altar mayor, “a los pies de la pila bautismal” que entonces estaba en el rincón
del lado del evangelio.
Los ingresos anuales en concepto
de rompimientos, por su naturaleza, no eran fijos, dependiendo del número de
fallecidos. A los pobres se les enterraba de limosna que era lo que ordenaba la
ley canónica.
Los entierros llevaban misa de
cuerpo presente y la conducción del cadáver con clamores y posas “como de
costumbre”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario