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lunes, 7 de mayo de 2018

LA ESCUELA CUELLARANA DE ESCULTURA Y PINTURA.







Desde el primer tercio del siglo XVI, se establecen en la villa de Cuéllar un grupo de escultores y pintores que atenderán a la demanda artística de obras para las iglesias de la comarca y tierras adyacentes. Esta demanda llegó a un punto en el que difícilmente podría ser suficientemente atendida desde los talleres de Segovia, Medina o Valladolid, lo que dio lugar a la aparición de la que se conoce como escuela cuellarana, un taller local que atenderá la demanda próxima, nutrido por artistas llegados de fuera y otros ya nacidos en Cuéllar. Los historiadores del arte han centrado la existencia de esta escuela durante el último tercio del siglo XVI y primeros años del XVII, en relación principalmente a la obra de Pedro de Bolduque y los pintores Maldonado. Sin embargo, nuevos datos aportados por investigadores del arte, vallisoletanos y segovianos, nos permiten asegurar que la vida de la escuela cuellarana tuvo un recorrido más largo de lo hasta ahora creído. Hoy podríamos establecer sus orígenes en la labor iniciada en Cuéllar por los artistas flamencos Arnao y Mateo de Bolduque, con seguridad establecidos en la villa segoviana en torno al año 1530. La continuidad y seguimiento a través de sus herederos y colaboradores, en la labor de talla y ensamblaje de retablos, nos permiten afirmar que la vida de la escuela cuellarana alcanza casi el siglo de recorrido: 1530-1620. Por lo tanto, la existencia de esta escuela no fue tan efímera como se ha pensado hasta ahora. A esta conclusión se llega a partir de la integración de los datos aportados por los investigadores aludidos y por los que presentamos, concluyentes, además, para establecer las relaciones de parentesco entre los Bolduque cuellaranos y los de Medina de Rioseco. Atenderemos más a los datos biográficos de los integrantes de la escuela, porque conocidos mejor los protagonistas, y sus años de actividad, entendemos que se facilitará la identificación de sus obras.



LOS PRIMEROS BOLDUQUE EN CUÉLLAR.


No debe sorprendernos la presencia de artistas de origen flamenco en la provincia de Segovia, y en la misma Cuéllar, pues desde mediados del siglo XV una legión de arquitectos, pintores y artesanos llegados desde Flandes pasó por todas las ciudades españolas, modernizando el estilo gótico entonces imperante, originando el conocido como estilo hispanoflamenco. El primer precedente lo hallamos con la presencia en Cuéllar de Hanequín de Bruselas, arquitecto llamado por Beltrán de la Cueva en 1465 para reforzar el castillo, y la de su propio hijo Hanequín de Cuéllar.


Ya en el siglo XVI, recalaron en la villa segoviana Arnao y Mateo de Bolduque, entalladores-escultores portadores de un nuevo estilo, a los que por lo menos les unía una profesión común y su lugar de procedencia (Bois-le-Duc, villa flamenca hoy ciudad holandesa). Ignoramos quién y para qué obra fueron llamados a Cuéllar, pero podemos asegurar que Arnao se establecería en la villa dando origen a un taller que se consolida en el tiempo a través de sus herederos y colaboradores. Sin embargo, podríamos fechar su llegada a Cuéllar en torno al año 1530, sino antes. El análisis del libro de bautizados de la iglesia de San Pedro, de la que consta que ambos fueron parroquianos, nos permite hacer esta afirmación, a la vez que nos facilita poder cerrar algunas dudas pendientes hasta ahora sobre las biografías de Arnao y Mateo de Bolduque, sobre todo en cuanto a su relación de parentesco.


Era la parroquia de San Pedro una de las colaciones de Cuéllar localizada intramuros en la parte baja de la villa. Su ábside fortificado constituía una auténtica torre fuerte en la línea de defensa de la muralla. Los parroquianos de esta colación se dedicaban a oficios artesanales y los propios del sector servicios: sastres, carpinteros, zapateros, barbero, boticario, escribano, cordonero, tundidor, tabernero, albardero. Y algunas de las familias de las de más renombre de la villa tenían también sus casas en la parroquia: los Bermúdez, los Arellano, los Rojas y los Hinestrosa. Estas dos últimas tenían su casa solar confrontadas, a uno y otro lado de la calle de San Pedro, en el arranque de dicha calle hacia la plaza y sus entierros en San Francisco y en la iglesia de San Esteban, respectivamente.


El registro de bautizados en la parroquia de San Pedro, siguiendo las directrices de la Contrarreforma, se inicia en el año 1536. La primera partida anotada corresponde precisamente a una hija de Arnao de Bolduque: A diez e ocho días de junio, Arnao de Belduque, entallador, y su mujer Ana Muñoz, cristianaron a su hija Leonor. Su padrino fue García Bermúdez, su madrina Isabel de Çuaço. Y yo, Antonio Bermúdez, teniente de cura, que la cristiané y lo firmé de mi nombre. Antonio Bermúdez.


Tenemos así a Arnao de Bolduque (Bois-le-Duc, Flandes, h. 1505-Cuéllar, h. 1560), perfectamente documentado, residente en la villa de Cuéllar y casado con Ana Muñoz, hija de Juan de Portillo, sastre, presuntamente parroquiano también de San Pedro. Los hijos mayores del matrimonio, Diego y Juan de Arnao (nunca llamados Bolduque en su edad adulta), quedan fuera del registro por haber nacido en años anteriores, lo que nos lleva a fijar el matrimonio hacia el año 1530. Arnao habría llegado a Cuéllar algún año antes de esa fecha junto a Mateo de Bolduque; podemos imaginarlos viviendo en la misma casa-taller en la parroquia de San Pedro.


Siguiendo la costumbre de que fueran padrinos en los bautismos miembros de la misma parroquia, hallamos citados juntos en una partida del año 1538 a Arnao de Bolduque y Mateo, su cuñado (sic), con lo que el parentesco entre ellos es, cuanto menos, político por haber casado Mateo de Bolduque con Juana Muñoz, hermana de Ana, la mujer de Arnao. Esto nos confirma la coincidencia de ambos artistas flamencos durante un periodo de entre ocho y diez años trabajando juntos en Cuéllar, hasta la salida de Mateo hacia Medina de Rioseco en el año 1542.


Fruto del enlace de Mateo de Bolduque con Juana Muñoz, aparece la partida del que sería el primer hijo del matrimonio en el año 1541, Juan Mateo de Bolduque (figura registrado solo con el nombre de Mateo en la entrada): Sábado trece días del mes de agosto de mil quinientos y cuarenta e un años, se cristianó un hijo de Mateo de Belduque, flamenco, y de Juana su mujer, llamose Mateo. Fueron sus padrinos Jaques, cocinero del duque, y Arnao flamenco y su mujer, de Juan de Portillo sastre, y la de Arnao parientas del bautizado de parte de la madre y la de Arnao hermanas. (Frutos de Mercado, cura).


A  pesar de la deficiente redacción de la partida, esta aporta importantes luces al objetivo de nuestro estudio y nos sorprende que haya pasado desapercibida para otros investigadores que han utilizado este libro de la parroquia de San Pedro. Se confirma el parentesco entre los Bolduque cuellaranos y los de Medina de Rioseco: eran primos por lo menos por parte de las madres, Ana y Juana Muñoz. Y Juan Mateo Bolduque, nacido en Cuéllar de madre cuellarana, sería a la muerte de su padre, el Maestre Mateo, el continuador del taller de este en la villa vallisoletana.


Con una cadencia de tres años, Arnao de Bolduque y Ana Muñoz bautizaron a otros tres hijos en los años siguientes en San Pedro: María o Mariana (1543), Isabel (1546) y en marzo de 1549 a Hernando. Parece ser que los dos últimos murieron párvulos, pues no aparecen citados en documentos posteriores. También cabe la posibilidad de que Juan de Arnao naciera entre Leonor y Mariana, hacia 1540, y que no esté registrado en los libros de San Pedro por las razones que fueran. Afirmamos esto porque para el año 1561 se deduce que Juan no alcanzaba la mayoría de edad de la época (25 años).


Un año después del nacimiento de su último hijo con Ana Muñoz (en septiembre de 1550), Arnao aparece citado como viudo y concertando su matrimonio en segundas nupcias con la vallisoletana Francisca Ortiz, hija de Catalina de Oviedo, viuda de Ortuño de Marquina, cantero. Noticia dada a conocer por el investigador Rojo Vega, la escritura fechada en Valladolid dice: es tratado palabra de casamiento entre Francisca Ortiz, mi hija y del dicho mi marido, y Arnao de Belduque, entallador vecino de Cuéllar, natural del condado de Flandes, del lugar de Belduque. La novia aportará al matrimonio como bienes dotales 45.000 maravedíes, en dinero y ajuar.


Once años después, en 1561 Francisca Ortiz figura casada en segundas nupcias con el maestro en carpintería y albañilería Francisco López Curiel, (1) posiblemente colaborador de su primer marido en el taller de este, y establecido en Cuéllar, donde figura como vecino. La noticia fue aportada por Manuela Villalpando pero de manera confusa, lo que ha confundido aún más a otros historiadores que no cotejaron la fuente. Presenta Villalpando la escritura como un documento para ejercer la curaduría de Juan de Bolduque y su hermana, esto es la obligación de custodia y manutención de los menores. Pero en realidad lo que nos encontramos es un pleito entre los hijos de Arnao de Bolduque (Juan y Mariana Bolduque), y su madrastra y el nuevo marido de esta. Francisca Ortiz pretende recuperar los bienes dotales que aportó a su primer matrimonio. Y como sus andados, los hijos de Arnao de Bolduque, no concurrieran al pleito en defensa de lo que les pudiera corresponder de la herencia, se les nombró un curador ad litem para esta causa. Este es el tipo de curaduría a la que se refiere el poder. Finalmente, parece que Francisca Ortiz recuperó lo que consideraba que era suyo. (2)


Trazada hasta aquí la vida de Arnao, deberíamos considerar el año 1542 como un momento importante en la trayectoria de su taller. Por un lado, se producirá la salida de su cuñado Mateo de Bolduque hacia Medina de Rioseco, para establecerse allí. Por otro, coincidirá con la llamada que Arnao hizo a los pintores Maldonado (con toda seguridad a Juan Maldonado ya en ese año) para que trabajaran a sus órdenes.

(Continuará)

El artículo completo fue publicado en la revista de la Semana Santa de Medina de Rioseco del año 2019. Puedes leerlo en el siguiente enlace a partir de la página 60 de dicha revista.

https://semanasantaenrioseco.com/download/revistas/2019.pdf

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